En tiempos muy antiguos la península
itálica estuvo habitada por tribus bárbaras, principalmente latinos
y sabinos, los cuales llegaron a fundar ciudades-estado de
importancia como Alba Longa y luego, Roma, cuyos primeros habitantes
fueron precisamente albaloguenses.
Miami no se queda atrás. En tiempos,
no tan antiguos como los de Roma pero lejanos, sí, en nuestra
memoria, esta península estuvo habitada por nativos rubios de ojos
azules. Las primeras oleadas extranjeras, los miami-bishenses,
escogieron la costa oriental por asentamiento produciendo un
desplazamiento casi abrupto de los nativos hacia el norte. Aún en nuestros dias pueden verse algunos rubios que no alcanzaron a escapar de la invacion.
Y los miami-bishenses no fueron los únicos. Diferentes oleadas dieron lugar a diferentes civilizaciones como la de los kendaleses, en Kendal, muchísimo más al sur, donde el tráfico es intenso pero el silencio ambiental es apreciable producto de la lejanía del aeropuerto. En la zona central prosperaron los coralgableses, reconocibles por su nariz estirada y la rápida adopción del dialecto autóctono de la península, el spanglish, que en lengua coralgablés antigua se pronuncia: "ingleñol".
Los años han seguido transcurriendo y
el espectro peninsular no ha dejado de enriquecerse con nuevas
oleadas procedentes mayormente del Sur, como los antisandinos, los
antichavinos entre otros antis ricos que han venido a estas tierras
en busca de riqueza, condición que suele llamársele, en lengua
autóctona, "perseguido político".
Con este mismo vocablo nativo se adjetiva la tribu de los anticastros, asentada principalmente en la localidad de Hialeah donde, lamentablemente, no han logrado conformarse como nación dado su precario estadío de civilidad. A los anticastros se les puede ver también en otras regiones de la península, notoriamente en Calle Ocho donde las autoridades toleran sus ritos tribales, como carnavales, protestas y actos de repudio.
De repetirse la hazaña romana en
Miami, los salvajes, que ya han adquirido algún (alguito) sentido de
civilidad, habrían de fundar una nueva ciudad la cual
terminaría devorando a sus vecinas para expandirse luego por toda la
península hasta Talahasse y de ahí, al resto del continente.
Parece poco probable si nos imaginamos a estos invasores armando un ejército de flechas y catapultas. Pero los tiempos han cambiado; hoy en día no se arma un imperio a punta de lanza sino de cortadito y tamal en cazuela. Cada rubio empinado de un vaso blanco repleto de café cubano es una conquista; cada Publix vendiendo dulce de guayaba en barra, un castillo en cuyas torres ondean ya las banderas del naciente imperio.
La historia de Roma sí puede, pues, repetirse en esta otra península. Un día la llamaremos Banania, instauraremos el Spanglish como lengua oficial y ya para entonces la sumatoria de todas nuestras inculturas habrá dado personalidad al naciente imperio de la rumba y el desorden.
Derogaremos la aburrida democracia para instaurar nuestra doctrina predilecta, esa donde nos sentimos verdaderamente cómodos, que es la total anarquía... ¡Y que viva la Pepa!
Muy buen sentido del humor aunque un historiador serio te señalarí que al emnos debiste mencionar a los Seminoles y Mikosukis como verdaderos nativos de la Florida; otro de detalle InvaSión, es con S y no con C como lo escribiste; un saludo!
ReplyDeleteSi ya veo que te hice este comentario y si, no sabia que era tu blog, ya me he leido lo que escribiste despues de esto y est todo muy bueno...
ReplyDeleteLos dos comentarios anteriores son de la misma perosna con diferente "login"
ReplyDeleteLos dos comentarios anteriores son de la misma perosna con diferente "login"
ReplyDelete